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miércoles, 30 de octubre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
domingo, 13 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
En Colombia los políticos se llaman Ibáñez
En las pasadas elecciones presidenciales tres candidatos: Juan
Manuel Santos, Rafael Pardo Rueda y Clara López Obregón tuvieron en común algo
más que su deseo de ocupar la primera magistratura de la nación, los tres son
tataranietos de dos hermanas Ibáñez que enloquecieron a Bolívar y Santander, y
cambiaron parte de la historia del país: Nicolasa y Bernardina.
La descendencia de
Miguel Ibáñez Vidal y Manuela Jacoba Arias es un poderoso clan familiar por el
que los colombianos hemos votado desde hace siete generaciones para elegirle
seis presidentes, ministros, gobernadores, alcaldes de Bogotá y muchos
congresistas. Originaria de Ocaña, Norte de Santander, esta es una de las
familias con mayor vocación de poder político en Colombia.
En su seno conviven
las ideologías más dispares, encarnadas en el fundador del Partido Conservador,
José Eusebio Caro, hijo de Nicolasa y en su tataranieto el ex presidente del
Partido Liberal Colombiano, Rafael Pardo Rueda.
Su tataranieta Clara
López Obregón milita en la izquierda como presidenta del Polo Democrático, y
más a la izquierda el cofundador del M19 Jaime Bateman Cayón.
Pero ¿quiénes eran
Nicolasa y Bernardina, las integrantes más famosas de la familia?
Nicolasa Ibáñez tenía
19 años, en 1813, cuando coloca en Ocaña sobre las sienes de Bolívar la que
será su primera corona de laurel, ya estaba comprometida en matrimonio con el
realista Antonio José Caro, preso en Mompóx por las tropas patriotas de
Bolívar, quien lo libera y el matrimonio se efectúa.
Nicolasa Ibáñez. En
1815 aparece en Ocaña el Coronel Francisco de Paula Santander de 23 años, jefe
de los ejércitos del Norte y se convierte en amante de Nicolasa. Los celos de
Santander por Nicolasa fueron comidilla pública y generaron muchos escándalos,
entre ellos, uno muy grave cuando era Presidente de Colombia.
Nicolasa todavía hermosa cumplía 41 años y el vicepresidente
José Ignacio de Márquez le llevó un regalo hasta su casa. El General Santander
apareció y por poco mata al vicepresidente, quien en venganza se le opone en
las elecciones del 37 y lo vence, el episodio se considera como el origen de
los dos partidos políticos tradicionales de Colombia.
Nicolasa fue amante del presidente Santander, abuela del
presidente Miguel Antonio Caro, abuela política del presidente Carlos Holguín y
bisabuela política del presidente Roberto Urdaneta.
Su hermana Bernardina Ibáñez nació en 1803.
En 1819 fue escogida
por su belleza para colocar a Bolívar la corona de laurel después de la Batalla
de Boyacá. Bolívar tenía 36 años, Bernardina 16 y el guerrero desde ese
instante la asedió con sus requiebros amorosos. “No pienso más que en ti y en
cuanto tiene relación con tus atractivos. Te escribo mil veces, pero tú ingrata
no me respondes”.
Bernardina, llamada la “Novia de Bogotá”, desdeñó a Bolívar
porque estaba enamorada del joven coronel Ambrosio Plaza.
Dicen que para separarlos, Santander por orden de Bolívar lo
mandó al frente de combate y lo mataron en la batalla de Carabobo el 24 de
junio de 1821.
El incidente la hizo
odiar a Bolívar. Años más tarde, Bernardina se rinde al seductor más reconocido
de la época y supuesto progenitor de 180 hijos, el multimillonario Miguel
Saturnino Uribe Santos, socorrano, pariente de Antonia Santos.
De esa unión nace
Carmen Uribe Ibáñez, a quien como fruto del pecado se le encerró en el convento
de monjas de la calle 17 con 7ª en Bogotá, bajo la protección de su padre.
Para lavar la honra
de Bernardina, el procurador General de la Nación Florentino González la
desposa.
Al paso de los años
Carmen Ibáñez casará con el cónsul danés Carl Michelsen. Su nieta María desposa
con Alfonso López Pumarejo y la harán bisabuela del presidente Alfonso López
Michelsen.
Muchos son los
presidentes de la familia, pero el resto de parentela no es desconocida, entre
ellos el Gran Maestro de la Logia Masónica de Colombia, Álvaro López Holguín;
María Mercedes López, codirectora del Banco de la República; el popular
Fernando González Pacheco; la canciller María Ángela Holguín; los ex ministros
Ángela Montoya Holguín y Miguel Urrutia Montoya; el ex senador Miguel
Santamaría Dávila; al ex alcalde de Bogotá Diego Pardo Koppel; el
clavicembalista Rafael Puyana Michelsen; el escritor Eduardo Caballero
Calderón; el ex presidente de Caracol Televisión Pablo Laserna Philips; el periodista
Antonio Caballero; el ex presidente del grupo Grancolombiano Jaime Michelsen
Uribe; el pintor Luis Caballero.
En fin, el listado
sería interminable si nos extendiéramos a ministros y congresistas.
Dos hijas de Miguel
Saturnino Uribe, hermanas medias de Carmen Ibáñez: Eloísa Uribe Maldonado y
Francisca Uribe y Tanco Sanz de Santamaría casaron con Manuel Samper Agudelo,
Abuelo de Manuel Ancizar, autor de “Peregrinación de Alpha”, bisabuelo de
Alejandro Uribe Castaño, hijo de Pilar Castaño y tío abuelo del presidente
Ernesto Samper Pizano.
En 1978 en el
Congreso se presentó una propuesta para rendir homenaje a Nicolasa y
Bernardina, pero un paisano suyo, el senador Fernando Carvajalino Cabrales, al
igual que la nieta de Nicolasa, Margarita Holguín y Caro – que viajó a Ocaña a
desaparecer vestigios de la infidelidad con Santander– se opuso aduciendo que
la vida de las dos hermosas mujeres no era edificante.
Hoy muchos políticos
consideran chévere ser sus descendientes y rebuscan en sus ramificaciones genealógicas
algún parentesco con ellas. Los otros hijos de Miguel Ibáñez y Manuela Jacoba
Arias tampoco descuidaron sus enlaces matrimoniales. José Miguel Ibáñez Arias
fue alcalde de Bogotá en 1833 y casó con Juana Lozano Lozano, hija del prócer
Jorge Tadeo Lozano y nieta del Marqués de San Jorge, primer presidente del
Estado Libre de Cundinamarca.
Vicente Ibáñez Arias
casó con María del Pilar Caicedo.
jueves, 10 de octubre de 2013
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viernes, 4 de octubre de 2013
jueves, 3 de octubre de 2013
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